viernes, 28 de marzo de 2008

¡Cosas que dije! (¿Primera parte de un serial? ¡Quizá!)

A petición de mi queridísima Laure, escribo este post con mis mejores frases y demás perlas que valen la pena leer algún día en vuestras vida. También pongo una foto que me acabo de hacer con mi nueva y divina webcam, que le acabo de confiscar al pillín de Franco, por hacer guarreridas indebidas.

En fin, vayamos al tajo. Parecerán chistes, pero NO. Es LA PALABRAAAAARL.

Un joven vino a verme la cara bonita y me dijo:
- ¡Maestro (del Universo)! ¿Qué he de hacer de bueno para tener vida eterna?
Y yo le contesté:
- ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Bueno solamente hay uno (¡YO! Of course. Ah no calla, que en teoría es Papi...). Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos (recuerda que no podemos conducir por ti!).
- ¿Cuáles? - me pregunta el pobre ignorante.
- No me seas cabrón, y no mates; no me seas cerdaco, y no cometas adulterio; no me seas caco, y no robes; no me seas María José Galera, y no digas mentiras en perjuicio de nadie; no me seas hooligan, y honra a tu padre y a tu madre; y no me seas gitanaco y ama a tu prójimo como a ti mismo.
- Todo eso ya lo he cumplido - me dice el espabilao -, ¿qué más me falta?
Ahí casi le estampo el jeto contra los olivos. En fin, contesté:
- Si quieres ser perfecto (¡como YO!), ve, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego ven y sígueme.
Pero el tio se fue tó tristorro porque se ve que estaba forrao hasta los dientes. Entonces me dirigí a la muchedumbre con el modo messiah en ON cual Chris Martin, y les dije:
- Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Os lo repito: le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.
"¡Toma moreno!", me dije a mí mismo, y recibí multitud de felaciones... ¡simbólicas!

Más:

Un día iba yo paseando todo pancho con mis doce seguidores por el monte, cuando me di cuenta de que me seguían miles de personas. Dije "¡Ahivá!", entonces vino Pedro y me dijo en un extraño dialecto: "The show must go on". Como yo soy Jesús, pues le entendí aún y desconociendo ese dialecto, así que me dirigí a todo Dios (Papá, es una expresión, estate tranqui), y dije a los cuatro vientos...

- ¡Bienaventurados los que reconocen su pobreza espiritual, porque suyo es el reino de los cielos!
¡Bienaventurados los que sufren, porque serán consolados!
¡Bienaventurados los humildes, porque heredarán la tierra que Dios les ha prometido!
¡Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán satisfechos!
¡Bienaventurados los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos!
¡Bienaventurados los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios!
¡Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos!
¡Bienaventurados los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el Reino de los Cielos!

Y así tropecientas mil bienaventuranzas. Me salió todo de golpe, parecía un adicto de crack, pero ¿y lo bien que me quedó?
Tambien dije...

- No acumuléis riquezas en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Acumulad más bien vuestras riquezas en el cielo (Nota: en realidad esto es una metáfora ;P), donde la polilla no destruye, ni las cosas se echan a perder, ni los ladrones entran a robar. Porque donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.
>> Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero.

Y la peña siguió coreando "Jesus Christ Superstar", aunque irónicamente unos cuantos años después se harían muñecajos de aquí un servidor clavado en una cruz de oro maciiiizo.

A ellos les dije:

- ¡Oíd esto, vosotros los ricos! ¡Llorad y gritad por las desgracias que vais a sufrir! Vuestras riquezas están podridas; vuestras ropas, comidas por la polilla. Vuestro oro y vuestra plata se han enmohecido, y ese moho será una prueba contra vosotros y os destruirá como fuego. Habéis amontonado riquezas en estos días, que son los últimos. El jornal que no pagasteis a los que trabajaron en vuestra cosecha está clamando contra vosotros; y el Señor todopoderoso ha oído la reclamación de esos trabajadores. Aquí en la tierra habéis llevado una vida de lujo y placeres, engordando como ganado, ¡y ya llega el día de la matanza! Habéis condenado y matado a los inocentes sin que ellos opusieran resistencia.

- ¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre vosotros? De los malos deseos que siempre están luchando en vuestro interior. Queréis algo, y no lo obtenéis; matáis, sentís envidia de alguna cosa, y como no la podéis conseguir, lucháis y os hacéis la guerra.

Y ahorita viene lo mejor, mi numerito estelar antes y después del último atracón de comer que me pegué en vuestro mundo:
Antes de cenar le empecé a lavar los pies a Simón Pedro, y éste me dijo:
- ¡Eh! ¡Mariconadas las justas! Eeehmm perdone Maestro... ¿vas a lavarme los pies?
- Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero más tarde lo entenderás.
- ¡Jamás permitiré que me laves los pies!
- Si no te los lavo no podrás ser de los míos.
- ¡Entonces, Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza!

Después de lavarles los pies a TO-DOS (porque soy así de majo), comencé a decir:
- ¿Entendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y tenéis razón porque lo soy (¡faltaría more!). Pues si yo, el Maestro y Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado un ejemplo para que vosotros hagáis lo mismo que yo os he hecho. Os aseguro que ningún sirviente es más que su señor y ningún enviado es más que el que lo envía. Dichosos vosotros, si entendéis estas cosas y las ponéis en práctica.
>> Ahora se manifiesta la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se manifiesta en él. Y si él manifiesta la gloria de Dios, también Dios manifestará la gloria del Hijo del hombre. Y lo hará pronto.
- ¡Hostia, qué puto lio! ¡Al grano Jefe! - dijo Judas.
- Tú vete a donde te tienes que ir que ya vas tarde - le respondí, y se quedó con cara de lelo, pero lo pilló un minuto después, y se piró a venderme por treinta monedas de oro, el muy Luis Figo.
- Emmm, ¿por dónde iba? Ah, sí. Hijitos míos, ya no estaré mucho tiempo con vosotros. Me buscaréis, pero lo mismo que dije a los judíos os digo ahora a vosotros: No podréis ir a donde yo voy. Os doy este último mandamiento: Que os améis los unos a los otros. Así como yo os amo, debéis también amaros los unos a los otros. Si os amáis los unos a los otros, todo el mundo conocerá que sois mis discípulos. No hay amor más grande que el que a uno le lleva a dar la vida por sus amigos.

Y bueno, después de esta performance retrospectiva, me despido de vosotros, ¡oh mis queridos hijos!, hasta una nueva entrega de éstas, las crónicas divinas por excelencia.

¡Alabados seáaais...!

jueves, 27 de marzo de 2008

La semana en la que me dieron pal pelo

¡Oh! ¡Alguien ha votado que no soy majo!

Uhm, te perdono.

El caso es que quería hablaros de eso que llamáis vosotros la Semana Santa, la cual yo recuerdo como la semana que me dieron pal pelo, o la semana del "caña al Cristo que es de goma", etc., etc. Como fue una semana que ya estaba preparada (y no por El Corte Inglés, sino por Mi Bello Padre), y ya sabía que luego resucitaría y me quedaría tan ancho, pues me lo tomo con humor.

Pero parece que mis queridos hijos no. Y no es para menos, porque les di un buen sustaco, y lo dramaticé todo tanto que aún me lloran, los pobretes.

Hay cosas que yo no entiendo. ¡Yo no di orden para celebrar o recordar mi muerte! ¿Por qué la celebráis/recordáis? Está bien el gesto y esas cosas, pero leñe, con una oración basta, ¿no? Eso de ir por la calle vestidos con túnicas de muy mal gusto, con los sombreros de David el gnomo versión burka... esos berridos en forma disimulada de algún tipo desconocido de cante que les hacéis a las pobres estatuas, que ni os oyen, ni NÁ.

Me hace gracia porque es algo que está prohibido por el libro de Mi Papi, pero bueno, Él (y Yo!) también dijo que NO SE DEBÍA MATAR, y como diría Mariano Rajoy: que vi, vi, viva la fiesta; vi, vi, viva la fiesta. También dije que los que se dirigiesen a mí o a My Father de tú a tú (lo que hacéis cada año berreandome al oído!) y no esté aquí arribota, sería un hipocritilla y no le escucharía.

Porque no, porque me molo a mí mismo.

Pero en fin, son cosas de la vida.

Aún recuerdo el momento en el que la palmé. Me escocía cosa mala todo el cuerpaco (obviamente), así que decidí echarme una siesta. ¡Pero hete aquí que me morí! Y aparecí delante de Mi Divino Padre en paños menores, y me dijo:
- ¡Anda que has tardao!
Y yo:
- ¡Cacho capullo! ¡Encima que me mato porque lo dices tú!
- Juajuajua, estaba de coña, hombre.
- ¿Hombre?
- Bueno, hijo del hombre.
- Ah, bueno.
Está hecho un campechano. Es el símil divino del rey de España, sólo que no vive del cuento, porque Él lo es todo y no le hace falta.

Como no sé cómo terminar este mensaje celestial, lo dejo aquí. Porque sí, porque Yo todo lo puedo y porque me han entrado ganas de escuchar lo nuevo de Freddie Mercury. ¿Que queréis escucharlo? ¡Pues morid!

Pero con estilo, ¿eh?

viernes, 14 de marzo de 2008

Las NUEVAS cosas que están FEAS de hacer

¡Todos conocemos los pecados capitales! Esas cosas que están bastante feúchas y no son dignas de los hijos de Mi Father. ¿Que no os acordáis? ¡¿Y cómo vivís?! ¿Sois capaces de miraros al espejo y no apartar la vista? ¿No os quema todo cuando os mojáis?

Entonces es que necesitáis ir a Cambio radical (programa que Mi Padre adora, y eso que es más blasfemo que una peli porno zoofílica). O eso, o es que como digo no conocéis los pecados capitales.

¡Pasemos lista!

La Lujuria: ¡Esa maldita! La lujuria es un deseo sersuá desordenado e incontrolable, más conocida por el populacho como El Canto del Albañil. Si tú miras a una mujer con ganas de PROCREAR (me obligan a usar esta palabra), o hacer alguna que otra cochinada, pues eso es lujuria, ¡y eres un lujurioso, pecador!

La Gula: ¡Esa cabrona! La gula es un deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida, es decir, ¡ponerse las botas a donuts y beber por beber! ¡Irás al Infierno por cerdo!

La Codicia: ¡Esa puñetera! La codicia es el Yo lo quiero tó tó y tó. Si vas al MediaMarkt y los ojos te hacen chiribitas con los DVD's, ¡eres un codicioso, e irás al Infierno por ello!
Ups, me estoy pasando de borde, así que intentaré ser más majo porque Jesús no puede ser borde. ¡Hay que dar ejemplo!

La Pereza: ¡Esa perraca! No tener ganas de levantar el culo del sofá, también es pecado, por lo que nos convierte a mí y a Mi Padre en pecadores de la pradera por pasarnos todo el día viendo Está Pasando, sin prestar atención a lo que pasa ahí abajo. Bueno, en cierto modo ver Está Pasando es enterarse de algo, pero...

La Ira: ¡Esa mamona! El soltar un "me cago en tó!!!" cuando te enfadas. Evidentemente el "me cago en Dios" tamién es pecado. ¿Vosotros os hacéis a la idea de lo que cuesta sacar la caca humana de nuestras túnicas blanquísimas y lavadas con Pernal? ¡Destructores!

La Envidia: ¡Esa pelapipas! Querer las cosas de los demás está muy feo. Yo quería vestirme igual de cool que Buda, pero Papá me pegó dos sopapos: Uno por mostrar poca masculinidad (¿qué más dará? ¡Si soy divino!), y la otra por envidiar.

Y por último, La Soberbia: ¡Esa fulana! En cierto modo, está en esta lista por pura soberbia de Mi Papi, ya que la puso para que la peña no se dedicara tanto a ellos mismos, y se fijaran más en Él, cosa que tarde o temprano se le ha puesto en su contra.

Y ahora pasaré a comentar LOS NUEVOS. Según El Vaticano, claro, porque Mi Papi sigue viendo Está Pasando y no ha dicho ni pío. Veamos...

Los "Pecados Sociales"... que si "no realizarás manipulaciones genéticas, experimentos sobre seres humanos ni embriones"... "no contaminarás el medioambiente"... "no provocarás injusticia social"... ¿eing? En fin, sigamos... "no causarás pobreza"... "no te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común"... "y no consumirás drogas".

¡Abanibiaboebe!
¡Abanibi quiere decir te quiero amor!

¿Pero qué es esto?
Respecto a las manipulaciones genéticas y experimentos sobre seres humanos ni embriones no diré nada porque, a ver, tengo la mente de un hombre del siglo I; un poco progre y majo, PERO DEL SIGLO I, y como que no sé de qué va la historia (la culpa es de Está Pasando).

"No contaminarás el medioambiente". Pues vale, pues bueno. ¡Pues empezad vosotros, maricomplejines! ¡Que lo de las fumatas que os pegáis cuando elejís un Papa (porque el Espíritu Santo nunca se ha pronunciado al respecto) seguro que deja la capa de ozono como un colador!

Lo de la "injusticia social" no lo pillo. ¿Os referís a manifestaros en contra de la homosexualidad (bueno, según vosotros de las bodas homosexuales)? Ya os he dicho mil veces que los gays molan Y PUNTO. Ellos no tienen la culpa de que no mojéis el churro. Al fin y al cabo, ¡lo decidísteis vosotros mismos! Porque si por lo que digamos aquí arriba fuera, la rave sexual y mundial en tiempo real estaría garantizada.

Sobre la pobreza, ¿qué tenéis en contra de los pobres? ¡Yo era pobre! Además, también condenáis la riqueza. ¿En qué quedamos? O se es rico o pobre, o pobre o rico. ¡Al menos en el mundo que habéis construído.

Por cierto, majetes, vuestras riquezas vaticanas seguro que se pasan de pecadoras. Hablaré con Mi Padre al respecto...

Sobre las drogas, pues repito lo de la fumata. Además, es una forma más de disfrutar de lo que os da Mi Padre; aunque si sois así de descuidaos, ¡pues pasa lo que pasa!

Pero don't worry, que aquí arribota se está fenomenal.

jueves, 13 de marzo de 2008

¡Ah! ¡Qué tiempos aquellos!

¡Cuánto tiempo terrestre sin escribir en este, mi rinconcito virtual! ¡Pero si parece que sólo hayan pasado seis horas, y han pasado seis meses!

Tendría que flagelarme, queridos hijos míos, por haberos abandonado de esta forma tan cruel en la Blogosfera, pero ya tuve suficiente hace dos milenios.

Precisamente este domingo hará mil novecientos setenta y cinco años (¡que se dice pronto!) que entré divinamente, como yo sólo sé hacer, en Jerusalén; rodeado de la plebe terrestre que me recibió con muchos matojos, y en vez de llevarme en sus hombros o en un carruaje, van y me dan un burro. ¡Pero bueno! No se puede tener todo en esta vida, ¡aunque seas el hijo de Dios!

Espero poder pasarme más a menudo por aquí y escribir alguna que otra cosilla celestial. Es que por aquí hay mucho currele, ¿sabéis? Además Mi Papi me castigó a clasificar almas el otro día porque desaparecí un par de días con Heath Ledger. ¡Nada extraño! Simplemente nos fuimos de copas. Lo que pasa es que a Mi Papi no le acaba de gustar que salga con él, porque hizo una peli donde interpretaba a un vaquero homosexual, y dice que puede ser una mala influencia para mí.

Pero yo le digo que Freddie Mercury también es homosexual y bien que está todo el santo día con él. Si es que tiene un doble rasero... Además, los homosexuales son la mar de salaos.

Ups, que me enrollo como una persiana divina y no hay quién me pare.

Otro día, más crónicas divinas.